domingo, 28 de octubre de 2007

ESPERANDO UN MILAGRO

Inútiles han resultados los esfuerzos que desde 1999 se vienen realizando en Colombia para adoptar un régimen jurídico único de las telecomunicaciones y las tecnologías de la información y la comunicación, TIC. En este lapso han sido presentados por lo menos cuatro proyectos de ley, uno de origen parlamentario y los demás de procedencia gubernamental. Todas estas iniciativas, a pesar de que previamente han sido discutidas por los diversos actores del sector, no se han convertido en norma marco debido a diversos factores. En primer lugar, la intransigencia de los operadores y empresarios ha pesado bastante; ellos han preferido desarrollar cabildeo y ejercer presión sobre el Gobierno y el Congreso para imponer sus intereses económicos antes que acceder a un acuerdo concertado, producto de una razonada discusión; su posición ha sido la de “todo o nada”. En segundo término, ha faltado decisión política del Gobierno para sacar adelante las iniciativas en tal sentido, pues las dependencias encargadas de hacerlo no ha tenido a las telecomunicaciones y a las TIC como sectores estratégicos del futuro del país a pesar de que funcionarios del más alto nivel pregonen lo contrario en demagógicos discursos. Como tercer factor debe señalarse la falta de visión y conciencia del Congreso de la República sobre la importancia y trascendencia de dotar a Colombia de herramientas jurídicas que le permitan transitar con solvencia por los senderos de la era digital y de la globalización. Sin duda, la demora en la adopción de un marco jurídico está perjudicando al país. La brecha digital, tanto a nivel doméstico como internacional, se está profundizando. Ha sido demasiado el tiempo que se ha perdido en el proceso la transición hacia la era digital la cual evoluciona en forma vertiginosa e impredecible. Lo más grave es que el vacío normativo de las telecomunicaciones y las TIC se prolongará por un tiempo considerable. Es cierto que sobre la mesa de discusión existe en el momento un proyecto de ley presentado por el Ministerio de Comunicaciones: No obstante, entre la concertación, la presentación en el Congreso y el trámite respectivo transcurrirá, en el mejor de los casos, por lo menos año y medio. Lograr la promulgación de un marco normativo de las telecomunicaciones y las TIC no es responsabilidad de un solo actor sino de todos. Lamentablemente, pareciera que todos esperan un milagro. El marco normativo se tendrá cuando operadores, empresarios, usuarios, Gobierno y Congreso tomen conciencia del gran alcance estratégico de este instrumento. Ojalá que cuando esto suceda no sea demasiado tarde.

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