sábado, 3 de noviembre de 2007

EN TRÁMITE PROYECTO DE LEY QUE PROHIBE ANTENAS DE TELEFONÍA MÓVIL CELULAR EN CENTROS RESIDENCIALES

La preocupación que a nivel mundial existe frente a los efectos que a la salud de quienes deben estar expuestos a las señales de radiofrecuencia emitidas desde las antenas de base de la telefonía móvil celular, en Colombia se ha manifestado a través de dos proyectos de ley que cursan actualmente en el Congreso de la República. El primero es el 09/2007 Cámara “Por medio de la cual son establecidas medidas generales para la prevención de la contaminación electromagnética y visual por las fuentes de radiaciones no ionizantes en Colombia” presentado por los senadores Alexandra Moreno Piraquive, Manuel Antonio Virgüez y la Representante a la Cámara Gloria Stella Diaz Ortiz; el segundo es el 054/2007 Senado “Por medio de la cual se prohíbe la instalación, construcción o funcionamiento de antenas de telefonía celular en edificios residenciales” presentado por el Senador Antonio Valencia Duque. Aunque los dos fueron acumulados en uno solo por tratar la misma materia, vale la pena hacer una referencia a cada uno de estos en forma separada. En el l 09 se ordena al Ministerio de Comunicaciones reglamentar en el término de tres meses la exposición de los habitantes del territorio nacional a la contaminación electromagnética; para el efecto se establece que el Ministerio, los departamentos y municipios implementarán redes de monitoreo y georreferenciación de las radiaciones no ionizantes (son las producidas por la corriente eléctrica, transmisiones de radio, televisión y telefonía móvil) dentro del perímetro urbano de las ciudades grandes e intermedias del país; también señala que “las entidades territoriales podrán aplicar medidas más restrictivas a las del orden nacional cuando se presente exceso en las fuentes de radiaciones no ionizantes o en los niveles de radiaciones en determinadas áreas de su territorio e imponer normas específicas para prevenir y controlar la contaminación visual por la localización y emplazamiento de las fuentes de radiaciones no ionizantes” y por último manda que “para prevenir la acumulación de radiaciones no ionizantes, los operadores procederán a la instalación de una fuente para varios usuarios de una misma señal, en particular de redes de transmisión vía microondas, satelital y de telefonía móvil. Asimismo se procurará que una fuente sirva a varios operadores”. El 054 por su parte, prohíbe la instalación, construcción o funcionamiento de antenas de telefonía celular en edificios residenciales y da un término de tres años para desmontar las existentes; en este el autor sostiene que las antenas de telefonía celular generan campos electromagnéticos que actúan a niveles de radio frecuencia y microondas peligrosas para la salud de quienes viven cerca de ellas; considera que “debido a la exposición prolongada, estas frecuencias penetran los tejidos del cuerpo y generan pequeñas cantidades de calor que producen enfermedades como: envejecimiento prematuro, cáncer de piel, cataratas, enfermedades del corazón y riñones, disminución de la fertilidad masculina, abortos espontáneas, propensión al suicidio, rotura de cromosomas”. Frente a estas iniciativas, en el Congreso de la República existe expectativa sobre la suerte de las mismas. No se sabe si van a pasar. Lo cierto es que no existen pruebas contundentes sobre efectos nocivos de estas señales de radiofrecuencia, tanto es así que la Organización Mundial de la Salud ha concluido que “teniendo en cuenta los muy bajos niveles de exposición y los resultados de investigaciones reunidos hasta el momento, no hay ninguna prueba científica convincente de que las débiles señales de radiofrecuencia procedentes de las estaciones de base y de las redes inalámbricas tengan efectos adversos en la salud”. Precisamente basado en lo anterior, el Ministerio de Comunicaciones en carta dirigida al ponente de los proyectos señalado que ese despacho “ve con preocupación el proyecto de ley 054/2007 Senado, en la medida en que genera tanto inseguridad jurídica y de mercado a la inversión del sector, como obstáculos para el despliegue de la infraestructura para la prestación de los servicios públicos de telecomunicaciones, en especial el de telefonía móvil celular, lo cual tendría efectos negativos sobre los usuarios, y se afectaría la cobertura del servicios”. En fin, serán los senadores y los representantes a la Cámara los que deberán decidir sobre este tema.

viernes, 2 de noviembre de 2007

BOGOTÁ, ¿DAMNIFICADA POR PELEA ENTRE URIBE Y EL POLO?

El distanciamiento entre el Presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez y el alcalde electo de Bogotá, Samuel Moreno Rojas, perteneciente al partido Polo Democrático, puede perjudicar a la capital colombiana porque la solución de problemas álgidos del Distrito Capital es impensable sin el concurso del Gobierno Nacional. Aunque es muy temprano para predecir el futuro de la relación entre tan altos funcionarios, es claro que este episodio no es ninguna “chiripiorca” del Presidente como ligeramente lo ha sugerido el actual alcalde, Luis Eduardo Garzón. La consolidación del Polo Democrático en Bogotá, producto del triunfo de Moreno Rojas, es un avance de la Izquierda en su pretensión de llegar a la Presidencia de la República en el 2010, mensaje que Uribe tiene claro y que lo debe tener en extremo preocupado. El Presidente ha reiterado en distintos escenarios que la sucesión presidencial es un asunto de la mayor importancia, pues, según él, no se puede permitir un retroceso en los avances logrados a través de su programa de “Seguridad Democrática” y, por lo tanto, en el 2.010 debe seguir alguien de su misma corriente ideológica en la Presidencia de la República. Eso lo ha dicho con claridad y vehemencia. De lo anterior se deduce que Uribe no va a contribuir al lucimiento de Samuel Moreno en la Alcaldía. Es de presumir, entonces, que el apoyo presupuestal a Bogotá desde el Gobierno Nacional sea mínimo en los próximos años. Tal situación dejaría tambaleando uno de los proyectos bandera de Moreno Rojas: la iniciación del Metro; iniciativa esta inexplicablemente criticada por personas que tienen una visión moderna de ciudad como Enrique Peñalosa, pero que indudablemente es una una necesidad inaplazable para solucionar los problemas de transporte masivo en Bogotá, que no se sortean con un sistema flexible como Transmilenio, sino con uno rígido como el Metro. Si Medellín lo tiene, Bogotá ¿por qué no?. Transmilenio es muy vulnerable y en cualquier momento colapsa. La ciudad ya ha presenciado situaciones muy críticas como consecuencia de la obstrucción de las calzadas de este sistema. Lástima que en el la lucha por el poder entre dos tendencias políticas radicalmente opuestas, Bogotá tenga que llevar la peor parte.

jueves, 1 de noviembre de 2007

LA COMUNICACIÓN INFORMAL EN BOYACÁ

Los boyacenses somos muy comunicativos. Si no, que se explique: ¿por qué en Boyacá hay más de 100 periódicos?, ¿por qué casi todos nos creemos periodistas?, ¿por qué las facultades de periodismo y comunicación social de Bogotá están llenas de estudiantes nacidos en Boyacá?, ¿por qué ha tenido tan buena acogida la facultad de comunicación de una universidad tunjana? y ¿por qué el departamento se está llenando de estaciones de radio legales y piratas? En Boyacá esa especial habilidad comunicativa se ejercita formal e informalmente. Vale la pena abordar el segundo modo, el informal, por que en algunas ciudades y municipios existe una categoría de “comunicadores” que lo practica de manera sui géneris. Se trata de una “cofradía” de hombres, sólo de hombres –qué pena confesarlo--, que se dedica a generar chismes y a propalar rumores generalmente de carácter político o administrativo. Este grupo de singulares caballeros está integrado más que todo por pensionados, desempleados, vagos de nacimiento y tal cual esposo de profesora. Se reúnen de lunes a viernes en aquellas cafeterías en las cuales se prepara buen tinto, porque si bien es cierto que para ellos no hay cuero humano que se les resista, tienen un paladar muy exquisito en tratándose de café y, obviamente, de aguardientico. Esas cafeterías casi siempre están localizadas en el marco de la plaza principal de cada ciudad o localidad(o al menos en un pasaje cercano a ésta). Tan curiosos académicos de la lengua viperina son maestros del humor negro, de la mendacidad, de la ironía, de la picardía y de la maledicencia. Obran con tanta gracia que, en muchas ocasiones, ante sus chispeantes apuntes sólo se puede reaccionar con una espontánea y explosiva carcajada. Además, son tan geniales en sus estrategias de acción que inclusive despiertan admiración. Pero, sea como sea, logran lo que se proponen. Desprestigian irreversiblemente a un gobernador, endiosan a un senador, tumban a un alcalde, desbaratan un hogar y acaban con la honra de quien ose interponérseles en su camino. A pesar de todo... siguen tan campantes

martes, 30 de octubre de 2007

BOYACÁ Y SU GASTRONOMÍA

Entre los innumerables atributos que tiene Boyacá --la belleza de sus paisajes, la hospitalidad de sus gentes, la grandeza de su historia, la fertilidad de sus tierras, la tranquilidad de su ambiente, el espíritu emprendedor de sus hijos...-- hay uno que no ha recibido la importancia que en realidad merece. Se trata de la comida boyacense. Exquisita, variada, apetitosa, abundante y sugestiva. Mezcla de supervivencias españolas y aborígenes. Así es la gastronomía de este departamento. A través de la comida el boyacense refleja sus sentimientos, su estado de ánimo, su esencia. Es, en síntesis, su alma la que trasluce. El campesino, por ejemplo, si quiere agradecer, obsequia un canastico repleto, unas veces, de arepas con rica gallina campesina; otras, de almojábanas; otras, de quesos y, otras, de colaciones. Si va a celebrar un acontecimiento trascendental en su vida familiar o social, organiza un banquete sin reparar en gastos. Si recibe una visita que le resulta grata, la atiende espléndidamente, así tenga que desprenderse de lo mejor de su corral, de su hato o de su parcela. En el campo o en el sector urbano, en bonanza o en crisis, la mesa del boyacense siempre muestra generosidad y buen gusto. En cualquier lugar se encuentra un plato o un bocado pecualiar y exquisito. El mute y el cabrito norteños, la sotaquireña sopa de indios y el guiso de cabeza de Togüí constituyen un deleite para cualquier paladar. El cuchuco de Runta y la longaniza de Sutamarchán, aunque nadie lo crea, producen “adicción”. El cocido boyacense y la mazamorra de maíz son insustituibles cuando de expresar lo autóctono se trata. Además, ¿quién puede resistir la provocación de: las arepas de Ramiriquí, las mogollas de Guayatá, la mantecada de El Cocuy, los plumeros de San Mateo, los quesos del Pantano de Vargas en Paipa y de Cusagüí en la Uvita, las polvorosas y las cucas de Chita, las repollitas y los besos de Socha, los calados de Samacá, las colaciones de Arcabuco, las almojábanas de Paipa y Turmequé, los chicharrones de cuajada de Somondoco, las panelitas y bocadillos de Moniquirá, los dulces de Belén y tantas sabrosuras más?. Cierto es que el hombre y la mujer boyacenses han contribuido a crear tan genial y profusa obra de arte culinario. No obstante, debe aceptarse que la mayor y definitiva contribución ha sido la de ésta última. Ella, indiscutiblemente, se lleva las palmas. Con amor, dedicación, talento y esmero ha cocido en el fuego de su cariño y de su ternura, a lo largo de muchos años, viandas y manjares de variados y delicados sabores que hoy conforman una vasta galería, trasunto de una cultura e impronta de un linaje.

lunes, 29 de octubre de 2007

¿QUE HAY DETRAS DE LAS FALTAS A LA ÉTICA PERIODÍSTICA?

Es muy grave que en los medios de comunicación se quebranten los valores y principios del periodismo. Más delicado aún si esta transgresión es grosera y descarada. Cuando en una información se vulneran la verdad y la objetividad, se atenta contra la dignidad de las personas, los derechos humanos y, por supuesto, contra el mismo periodismo. Un ejemplo patente del incumplimiento de elementales normas de honestidad informativa es el amaño y sesgo ya tradicionales en la información política del semanario Boyacá Siete Días que desbordó todos los colmos en la información publicada el 23 de octubre en la página 5 bajo el título “Uribe le hízo el quite a ‘lance de políticos’”. Allí, quien redactó el informe traspasó la decencia e irrespetó, con visible cinismo, atrevimiento y desverguenza, a los lectores. Alguien podría pensar que el periodista de Boyacá Siete Días que elaboró esa información presentó su propia lectura del evento y que quien escribe estas líneas tiene otra lectura que a lo mejor obedece a intereses de algún tipo. No. Rotundamente no. En el referido evento nunca se escucharon las frases que el redactor puso en labios del presidente de la República; tampoco se produjeron abucheos contra un Senador, ni ese Senador “se fue lanza en ristre contra el Gobernador”. En síntesis, lo que escribió el periodista es producto de su imaginación y, sin duda, hace parte de la estrategia publicitaria y periodística de una campaña política a la Gobernación de Boyacá que sin reato ha sido favorecido informativamente en este semanario. Claro que por la radicalidad y vehemencia como se ha beneficiado a ese candidato surgen dudas y preocupaciones sobre el obedecimiento de las pautas de comportamiento periodístico establecidas por la casa editorial a la cual pertenece dicho medio de comunicación. Por supuesto, este “botón” es una muestra de las permanentes faltas a la ética que se dan en la sección política del referido periódico. En varias ocasiones de manera arbitraria han sido suprimidos párrafos o frases de cartas de aclaración o rectificación que se ven han visto obligados a publicar. Al final de esta reflexión cabe preguntar: ¿qué hacen los gremios periodísticos para frenar estos arbitrariedades y violaciones de los códigos de ética? ¿por qué actúan así algunos periodistas? ¿qué hay detrás de esos sesgos y mentiras periodísticas? ¿será que el periodismo que se está imponiendo a través de los medios virtuales acabará con estas actuaciones periodísticas indecorosas y con los abusos a través de los medios de comunicación tradicionales?

domingo, 28 de octubre de 2007

ESPERANDO UN MILAGRO

Inútiles han resultados los esfuerzos que desde 1999 se vienen realizando en Colombia para adoptar un régimen jurídico único de las telecomunicaciones y las tecnologías de la información y la comunicación, TIC. En este lapso han sido presentados por lo menos cuatro proyectos de ley, uno de origen parlamentario y los demás de procedencia gubernamental. Todas estas iniciativas, a pesar de que previamente han sido discutidas por los diversos actores del sector, no se han convertido en norma marco debido a diversos factores. En primer lugar, la intransigencia de los operadores y empresarios ha pesado bastante; ellos han preferido desarrollar cabildeo y ejercer presión sobre el Gobierno y el Congreso para imponer sus intereses económicos antes que acceder a un acuerdo concertado, producto de una razonada discusión; su posición ha sido la de “todo o nada”. En segundo término, ha faltado decisión política del Gobierno para sacar adelante las iniciativas en tal sentido, pues las dependencias encargadas de hacerlo no ha tenido a las telecomunicaciones y a las TIC como sectores estratégicos del futuro del país a pesar de que funcionarios del más alto nivel pregonen lo contrario en demagógicos discursos. Como tercer factor debe señalarse la falta de visión y conciencia del Congreso de la República sobre la importancia y trascendencia de dotar a Colombia de herramientas jurídicas que le permitan transitar con solvencia por los senderos de la era digital y de la globalización. Sin duda, la demora en la adopción de un marco jurídico está perjudicando al país. La brecha digital, tanto a nivel doméstico como internacional, se está profundizando. Ha sido demasiado el tiempo que se ha perdido en el proceso la transición hacia la era digital la cual evoluciona en forma vertiginosa e impredecible. Lo más grave es que el vacío normativo de las telecomunicaciones y las TIC se prolongará por un tiempo considerable. Es cierto que sobre la mesa de discusión existe en el momento un proyecto de ley presentado por el Ministerio de Comunicaciones: No obstante, entre la concertación, la presentación en el Congreso y el trámite respectivo transcurrirá, en el mejor de los casos, por lo menos año y medio. Lograr la promulgación de un marco normativo de las telecomunicaciones y las TIC no es responsabilidad de un solo actor sino de todos. Lamentablemente, pareciera que todos esperan un milagro. El marco normativo se tendrá cuando operadores, empresarios, usuarios, Gobierno y Congreso tomen conciencia del gran alcance estratégico de este instrumento. Ojalá que cuando esto suceda no sea demasiado tarde.

sábado, 27 de octubre de 2007

No se vislumbra marco juríridico de las TIC en Colombia

Colombia no está cerca de tener un marco jurídico para las telecomunicaciones y las tecnologías de la información y la comunicación, TIC. Este mensaje fue evidente en el panel "Nuevo entorno normativo colombiano" realizado en el marco del Congreso de Andicom, envento desarrollado en Cartagena de Indias del 24 al 16 de octubre. En el panel, que fue moderado por el editor de la información de tecnologia del diario El Tiempo, participaron los presidentes de los gremios de TIC y telecomunicaciones, un Senador de la República y un asersor de asuntos jurídicos del Ministerio de Comunicaciones. Todos los participantes coincidieron en que la normatividad en materia de telecomunicaciones y TIC además de estar desfasada, pues fue promulgada para escenarios tecnológicos distintos al generado por la revolución digital, es dispersa. ´ "Los marcos normativos y regulatorios en Colombia son divergentes, dispersos, difusos y confusos", señaló el Senador Jorge Hernando Pedraza, quien consideró que en estas materias las normas deben estar orientadas a generar la transición del país hacia la sociedad del conocimiento con el propósito de lograr el bienestar general.